jueves, 1 de diciembre de 2011

No cortes mis alas...

 

  A veces he soñado que necesitaba salir de una situación muy desagradable. Entonces, me impulsaba suavemente hacia arriba y lograba elevarme. Cuando, por fin, el miedo o el problema se alejaba, mis pies volvían a tomar tierra al modo de una bailarina, suavemente, sin brusquedad; como un pájaro que se posa en la rama del árbol con suma delicadeza. Al despertar, me recreaba en el sueño; me sentía francamente satisfecha y feliz...
 Ahora, cuando mis canas son más numerosas que el color natural de mi pelo, pienso en el pajarito que papá me regaló una vez siendo niña. Antes de meterlo en la jaula, mamá cortó las plumas de una de sus alas... Decía que era para que no escapara!...
!Qué hubiera sido de mí si alguien hubiera despuntado tan siquiera algo de mi libertad! Me refiero a esa libertad que crece en el interior y que te impulsa a crear, a crecer, a vivir... ¿Hubieran sido mis sueños tan dulces como el despertar con la satisfacción de saber que una es capaz de elevarse y dejar atrás los problemas del día a día?...

2 comentarios:

  1. Qué belleza de pájaro! invita a levantar el vuelo con ese aire de libertad.
    Un beso.

    ResponderEliminar
  2. Gracias, Ana. Cierto que los pájaros nos invitan, con su majestuoso vuelo, a elevarnos hacia arriba y hacia adelante. Un abrazo

    ResponderEliminar